Xa remataron as vacacións e estamos de volta nas clases. En xuño tocoume despedir aos meus alumnos e pronto comezarán unha nova andaina. Tócalles crecer e lidar con novas situacións, en novos lugares, novas emocións... Eu tamén terei que lidar con novas situacións e deixar emocións atrás. Foron dous cursos moi intensos e, ao final, os alumnos tamén deixan unha marca moi importante nos mestres ademais de ensinanzas moi valiosas. Por iso quero dedicarlles esta receita. Non son máis que unhas galletas, un pequeno agasallo de fin de curso que expresa un desexo: que sigan crecendo, que sigan aprendendo, que teñan sorte na nova etapa. Para David, Hugo, Antón, Ainhoa, Adrián, Juan, Yara, Inés, Irene, David, Ariadna, Bruno, Alex, Gabriel, Joel, Mariam, Javi, Dani e Óscar. Para eles son as galletas de cristal.
- 150 g de manteiga ( a temperatura ambiente)
- Un chisco de sal
- 1 cullerada e media de aroma de vainilla
- 70 g de azucre en po
- 250 g de fariña
- Caramelos pequenos
Para a glasa:
- Azucre en po
- Unha culleradiña de aroma de vainilla
- Un pouco de auga
- Colorante alimentario
Non podemos esquecer sacar a manteiga con tempo suficiente da neveira para que poda amolecer lentamente. Teremos tamén que peneirar a fariña e o azucre. E sen máis, mans á obra!!!
En primeiro lugar batemos co batedor de variñas a manteiga xunto co azucre. Despois engadimos o sal e o aroma de vainilla para incorporar finalmente a fariña. Vai quedar unha masa un pouco desligada semellante a unhas migas de pan. E o momento de meter as mans e amasar ata conseguir unha masa compacta que deixaremos arrefriar na neveira durante unha media hora aproximadamente.
Para estirar a masa o mellor é axudarse de dous papeis vexetais de forno. O grosor das miñas galletas está entre 5 e 6 mm. Cortamos coa forma que nos guste, pero sen esquecer cortar tamén no centro. Pasamos as galletas á fonte de enfornar e deixamos no medio un dos caramelos. Metémolas no forno quente a 180 º durante uns 10 minutos ou ata que empecen a coller cor dourada. Coa calor do forno o caramelo derreterá e parecerá que temos un cristal. Ao sacar as galletas do forno temos que deixar que arrefríen un pouco antes de despegalas do papel vexetal e pasalas a unha rella para que acaben de perder a calor.
Unha vez frías podemos decoralas o gardalas para decorar máis adiante. Nun recipente de lata duran frescas bastante tempo. Eu esperei un para de días antes de decoralas. Para elo, co batedor de variñas elaborei a glasa. Primeiro puxen o azucre e unha culleradiña de aroma de vainilla. Fun engadindo un pouco de auga e o colorante. No meu caso fun engadindo gotiñas ata que conseguín a cor que quería. A glasa non pode quedar moi líquida ou estropeará a decoración. Tampoco pode estar moi espesa ou será moi difícil de manexar.
Para rematar podedes facer o mesmo ca min: metelas en bolsiñas de celofán e adornalas con pegatinas de animaliños.
E non esquezades poñer un bo cristal na vosa vida, ese que vos permita capturar as alegrías e as boas experiencias.
Fonte: sugarmur
Ya acabaron las vacaciones y estamos de regreso en las clases. En junio me tocó despedir a mis alumnos y pronto comenzarán una nueva etapa. Les toca crecer y lidiar con nuevas situaciones, en nuevos lugares, nuevas emociones... Yo también tendré que lidiar con nuevas situaciones y dejar emociones atrás. Fueron dos cursos muy intenso y, al final, los alumnos también dejan una marca muy importante en los profesores además de enseñanzas muy valiosas. Por eso quiero dedicarles esta receta. No son más que unas galletas, un pequeño regalo de fin de curso que expresa un deseo: que sigan creciendo, que sigan aprendiendo, que tengan suerte en la nueva etapa. Para David, Hugo, Antón, Ainhoa, Adrián, Juan, Yara, Inés, Irene, David, Ariadna, Bruno, Alex, Gabriel, Joel, Mariam, Javi, Dani e Óscar. Para ellos son las galletas de cristal.
Para la glasa:
Para estira la masa lo mejor es ayudarse de dos papeles de horno. El grosor de mis galletas está entre 5 y 6 mm. Cortamos con la forma que nos guste, pero sin olvidar cortar también en el centro. Pasamos las galletas a la bandeja de horno y ponemos en el medio uno de los caramelos. Las metemos en el horno caliente a 180º durante unos 10 minutos o hasta que empiecen a coger color dorado. Con el calor del horno el caramelo se derretirá y parecerá que tenemos un cristal. Al sacar las galletas del horno tenemos que dejar que enfríen un poco antes de despegarlas del papel vegetal y pasarlas a una rejilla para que acaben de perder el calor.
Fonte: sugarmur
Ya acabaron las vacaciones y estamos de regreso en las clases. En junio me tocó despedir a mis alumnos y pronto comenzarán una nueva etapa. Les toca crecer y lidiar con nuevas situaciones, en nuevos lugares, nuevas emociones... Yo también tendré que lidiar con nuevas situaciones y dejar emociones atrás. Fueron dos cursos muy intenso y, al final, los alumnos también dejan una marca muy importante en los profesores además de enseñanzas muy valiosas. Por eso quiero dedicarles esta receta. No son más que unas galletas, un pequeño regalo de fin de curso que expresa un deseo: que sigan creciendo, que sigan aprendiendo, que tengan suerte en la nueva etapa. Para David, Hugo, Antón, Ainhoa, Adrián, Juan, Yara, Inés, Irene, David, Ariadna, Bruno, Alex, Gabriel, Joel, Mariam, Javi, Dani e Óscar. Para ellos son las galletas de cristal.
- 150 g de mantequilla ( a temperatura ambiente)
- Una pizca de sal
- 1 cucharada y media de aroma de vainilla
- 70 g de azúcar en polvo
- 250 g de harina
- Caramelos pequeños
Para la glasa:
- Azúcar en polvo
- Una cucharadita de aroma de vainilla
- Un poco de agua
- Colorante alimentario
No podemos olvidar sacar la mantequilla con tiempo suficiente de la nevera para que pueda ablandar lentamente. Tenemos también que tamizar la harina y el azúcar. Y sin más, ¡¡¡manos a la obra!!!
En primer lugar batimos la batidora de varillas la mantequilla junto con el azúcar. Después añadimos la sal y el aroma de vainilla para incorporar finalmente la harina. Va a quedar una masa un poco desligada semejante a unas migas de pan. Es el momento de meter las manos y amasar hasta conseguir una masa compacta que dejaremos enfriar en la nevera durante una media hora aproximadamente.
Para estira la masa lo mejor es ayudarse de dos papeles de horno. El grosor de mis galletas está entre 5 y 6 mm. Cortamos con la forma que nos guste, pero sin olvidar cortar también en el centro. Pasamos las galletas a la bandeja de horno y ponemos en el medio uno de los caramelos. Las metemos en el horno caliente a 180º durante unos 10 minutos o hasta que empiecen a coger color dorado. Con el calor del horno el caramelo se derretirá y parecerá que tenemos un cristal. Al sacar las galletas del horno tenemos que dejar que enfríen un poco antes de despegarlas del papel vegetal y pasarlas a una rejilla para que acaben de perder el calor.
Una vez frías podemos decorarlas o guardarlas para decorar más adelante. En un recipiente de lata duran frescas bastante tiempo. De hecho, no las decoré hasta que pasaron un para de días. Para ello, con la batidora de varillas hice la glasa. Primero puse el azúcar y una cucharadita de aroma de vainilla. Fui añadiendo un poco de agua y el colorante. En mi caso añadí gotitas hasta que conseguí el color que quería. La glasa no puede quedar muy líquida o estropeará la decoración. Tampoco puede estar muy espesa o será muy difícil de manejar.
Para acabar podéis hacer lo mismo que yo: meterlas en bolsitas de celofán y adornarlas con pegatinas de animalitos.
Y no olvidéis poner un buen cristal en vuestra vida, ese que os permita capturar las alegrías y las buenas experiencias.
Fuente: sugarmur
Fuente: sugarmur