martes, 15 de octubre de 2013

ALBÓNDEGAS (sen ovo)

    ALBÓNDIGAS (sin huevo)


    Seguro que con esta receita non vos descubro nada novo, nada que non saibades de toda a vida.  Cada un ten a súa maneira de facer as albóndegas, de botarlle unha ou outra especie ou aditivo, pero seguro que sempre empregades ovos para facelas, ben na masa ou ben no rebozado.  Aí está o distinto das miñas; non levan ovo.  Polo demais non se distinguen das que facedes vos nas vosas casas.

    Na miña casa hai quen as prefire con pementa, hai quen as quere sen ela.  Temos a quen lle apetece un pouco de salsa para mollar pan e quen as quere a pau seco, sen nada:  para gustos, cores.

    O que si é certo é que todos os ingredientes van sen as cantidades correspondentes  porque nesta receita traballo a ollo, sen pesar nin medir.

  • Carne picada (metade porco, metade tenreira)
  • Leite
  • Miolo do pan (Ollo!  Apto para alérxicos)
  • Adobo
  • 1 cebola
  • 2 tomates
  • 2 culleradas de fariña para a salsa
  • Fariña para rebozar
  • Aceite para fritir
  • Auga ou caldo
  • Pementa e noz moscada (opcional)
  • Loureiro (opcional)


    En primeiro lugar adobamos a carne e mentres colle un pouco de sabor desfacemos o miolo de pan e mesturámolo co leite para que amoleza.  Despois xuntámolo coa carne e amasamos ata que estean todos os ingredientes unidos.  É o momento de facer as boliñas e reservalas nun prato.

    Poñemos a tixola no lume con aceite e cando estea quente fritimos as albóndegas envoltas en fariña.  Retiramos e reservamos.  Separamos un pouco do aceite de fritir as albóndegas e pasamos a cebola cortada en lascas finas.  Botámoslle un pouquiño de sal ao fritir para que amoleza e non se queime.  Cando estea branda engadimos o tomate picado para que se vaia facendo a salsa (engadimos un pouco de auga ou caldo).  Podemos espesala un pouco cunha ou dúas culleradas de fariña dependendo da cantidade de salsa que teñamos.  Cando estea engadimos as albóndegas e deixamos que se fagan un chisco.

    Se nos gustan condimentadas podemos engadir un pouco de pementa e noz moscada na carne e tamén na salsa.  Tamén temos a opción de botar unha folla de loureiro na salsa sempre e cando non teñamos engadido pementa nin noz moscada pois corremos o perigo de condimentar en exceso e tapar o sabor da carne.

    As albóndegas poden sacarnos dun apuro cando temos a necesidade de preparar a comida dun día para outro.  É un prato que se conserva ben e que podemos quentar con facilidade.




    Seguro que con esta receta no os descubro nada nuevo, nada que no sepáis de toda la vida.  Cada uno tiene su manera de hacer las albóndigas, de echarlle una u otra especie o aditivo, pero seguro que siempre empleáis huevos para hacerlas, bien en la masa o bien en el rebozado.  Ahí está lo distinto de las mías; no llevan huevo.  Por lo demás no se distinguen de las que hacéis vosotros en vuestras casas.

    En mi casa hay quien las prefiere con pimienta, hay quien las quiere sin ella.  Tenemos a quien le apetece un poco de salsa para mojar pan y quien las quiere a palo seco, sin nada:  para gustos, colores.

    Lo que sí es cierto es que todos los ingredientes van sin las cantidades correspondientes porque en esta receta trabajo a ojo, sin pesar ni medir.
    
  • Carne picada (mitad cerdo, mitad ternera)
  • Leche
  • Miga de pan (Ojo!  Apto para alérgicos)
  • Adobo
  • 1 cebolla
  • 2 tomates
  • 2 cucharadas de harina para la salsa
  • Harina para rebozar
  • Aceite para freír
  • Agua o caldo
  • Pimienta y nuez moscada (opcional)
  • Laurel (opcional)


    En primer lugar adobamos la carne y mientras coge un poco de sabor deshacemos la miga de pan y la mezclamos con la leche para que ablande.  Después la juntamos con la carne y amasamos hasta que estén todos los ingredientes unidos.  Es el momento de hacer las bolitas y reservarlas en un plato.
    
    Ponemos la sartén en el fuego con aceite y cuando esté caliente freímos las albóndigas envueltas en harina.  Retiramos y reservamos.  Separamos un poco del aceite de freír las albóndigas y en él freímos la cebolla cortada en juliana.  Le echamos un poco de sal al freír para que ablande y no se queme.  Cuando esté blanda añadimos el tomate picado para que se vaya haciendo la salsa (añadimos un poco de agua o caldo).  Podemos espesarla  un poco con una o dos cucharadas de harina dependiendo de la cantidad de salsa que tengamos.  Cuando ya esté hecha añadimos las albóndigas y dejamos que cuezan un poco en la salsa.
    
    Si nos gustan condimentadas podemos añadir un poco de pimienta y nuez moscada en la carne y también en la salsa.  También tenemos la opción de echar una hoja de laurel en la salsa siempre y cuando no hayamos añadido pimienta ni nuez moscada pues corremos el peligro de condimentar en exceso y tapar el sabor de la carne.

    Las albóndigas pueden sacarnos de un apuro cuando tenemos la necesidad de prepara la comida de un día para otro.  Es un plato que se conserva bien y que podemos calentar con facilidad.


    

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